La Línea de Patrimonio Cultural Inmaterial que lidera la Corporaloteca en el Proyecto Biochocó, al haber ejecutado un proceso de investigación con las mujeres de la localidad de Salero, hizo el 06 de septiembre la Primera Feria Gastronómica y Cultural en esta comunidad, la cual, buscaba comprender y revitalizar los legados en torno a la alimentación.

Desde una política de cuidado de la biodiversidad, la decoración de este evento resaltó al respetar las características del medio ambiente; la feria contó con platos tradicionales (tapado largo, atollado, arroz con longaniza, guarrú, sancocho de pollo criollo, enpanadas de maíz, jujú, rellena), jugos (piña con limoncillo, lulo chocoano con arroz, carambolo con naranja y borojó), chichas (de maíz y lulo chocoano) dulces (enyucado, birimbí, papachina, papaya, sociega, cocadas, torda de maduro)

Los suculentos platos fueron preparados con amor por un grupo de abuelas, mamás y jóvenes en un hermoso intercambio y diálogo intergeneracional; la chirimía, las balsámicas y hasta el nado en los ríos naturales también fueron protagonistas en este encuentro.

La satisfacción fue visible por los asistentes y transeúntes al ver la realización esta feria, además, contó con la masiva participación de pobladores locales y grupos de Quibdó.

El encuentro se hizo posible gracias al Proyecto Biochocó, la coordinación de la profesora Alicia Orjuela y la estudiante María Petunilda Asprilla, junto con estudiantes y profesores de la Corporaloteca y el grupo de Ecoturismo, quienes construyeron con la comunidad de Salero un escenario que demuestra qué esta localidad tiene todos los requisitos para alcanzar un buen vivir a partir de su riqueza cultural y su biodiversidad.

De la Comunidad se espera la apropiación y sentido de pertenencia por este tipo de actividades.