Noticias UTCH

 

mineriaLa región del Chocó (Colombia) es reconocida a nivel mundial por su alta biodiversidad, elevados niveles de pluviosidad y presencia de yacimientos de oro y platino. Aunque el Chocó cuenta con toda esa riqueza natural, paradójicamente es una de las regiones más deprimidas del territorio nacional en términos de desarrollo económico. Bajo este panorama, el Chocó es un territorio donde convergen la necesidad de conservar la naturaleza, como fuente de bienestar humano, y la necesidad de explotar los minerales del subsuelo, especialmente el oro y platino, como fuente de empleo y desarrollo económico para la región y el país.


Actualmente existe una preocupación generalizada por el auge de la minería en el departamento de Chocó, ya que Colombia es un país cuya economía se basa en gran medida en la actividad minera, y para ello cuanta con leyes que permiten la exploración y explotación de estos recursos en todo el territorio nacional (ver artículo 5, Ley 685 de 2001). Colombia produce al año cerca de 19.2 ± 1.4 t de oro y 0.8 ± 0.1 t de platino, y destaca la importante contribución del Chocó a dichas cantidades, con una producción anual de 5.0 ± 1.7 t de oro (26 % de la producción total colombiana) y 1.0 ± 0.02 t de platino (97 %) (Fuente: Agencia Nacional Minera de Colombia: datos 1990-2013). De acuerdo con el precio de estos metales, en julio de 2015 (Fuente: Banco de la República de Colombia 2015), el Chocó genera al año cerca de 155 millones de dólares por producción de oro y unos 28 millones de dólares por producción de platino. Esta circunstancia aunada al conflicto armado que se libra en el territorio, ha propiciado un escenario donde la minería ilegal es altamente promovida, suponiendo un gran deterioro a los ecosistemas, su potencial para la oferta de bienes y servicios ambientales.


A pesar de lo anterior, una esperanza se ve en el horizonte con las negociaciones que se adelantan en la Habana (Cuba), donde se pretende acabar con uno de los conflictos armados más largos de la historia de Colombia. Estas negociaciones incluyen entre otras expectativas, el resarcimiento a las víctimas del conflicto. En este aspecto, sería conveniente que esta reparación involucre la compensación por daños ambientales provocados durante el conflicto. En este ámbito, la aplicación de programas de restauración ecológica constituiría una estrategia para resarcir a las comunidades en lo que respecta al deterioro ambiental, ya que estas acciones tienen como objetivo recuperar, en la medida de lo posible, las condiciones originales de las zonas afectadas. Ahora bien, si durante el post-conflicto no se promueven fuertes medidas para la aplicación de programas de restauración ecológica en regiones mineras como el Chocó, entonces el deterioro ambiental derivado de la minería se mantendría y la reparación ambiental en ese sentido sería infructuosa. Es importante resaltar que durante el post-conflicto la aplicación de programas de restauración ecológica podría ser una alternativa para la creación de empleo y un mecanismo de reconciliación entre los actores del conflicto.


La reflexión final es dejar atrás la cultura del conflicto y trabajar unidos para desarrollar una cultura de la reconciliación que permita aprovechar sosteniblemente nuestros recursos mineros con beneficios equitativos para todos. En este ámbito, es urgente que se constituyan fondos regionales para financiar proyectos de restauración ecológica y así poder disfrutar de un ambiente sano y promover una paz duradera en las región del Chocó.

Por Hamleth Valois-Cuesta, Ph.D

Programa de Biología, Facultad de Ciencias Básicas, Universidad Tecnológica del Chocó.